ERES.
Salarios. Desahucios. Pensiones. Sanidad. Educación. La Administración.
Pobreza. Miedo. Resignación. Sumisión. Miedo a que se muera tu madre y
tengas que pedir permiso en el trabajo. Liberalismo Económico. Desmantelamiento del
Estado social. Pocos ricos. Muchos pobres.
Ha vuelto a la carga el FMI. Esta vez con un tipo calvo con traje liso y corbata lisa detrás de una mesa
lisa delante de un portátil plano y con un
jarro de agua. Habla en inglés. Carraspea, como sólo carraspea un inglés de la London Economic School antes de decir algo trascendente y, después de
decir weell, nos explica que, otra vez, serán ERES, salarios,
desahucios, pensiones, Sanidad, Educación, la Administración. Pobreza. Miedo.
Resignación. Sumisión. Que no tienes que sentir pena, sino miedo a que se muera
tu madre, porque, si se muere, tendrás que ir al entierro saliendo por la puerta de atrás de tu centro trabajo, escaqueándote,
sin que te vean, como si te escaparas a tomar un café. Que es necesario más liberalismo económico y menos Estado
social. Que hace falta una vuelta más a la
tuerca de ese garrote vil de la
austeridad que nos estrangula lentamente
cada día.
La Renta
Nacional concentrada en menos manos y la miseria arrojada
sobre más espaldas Pero el tipo calvo, el que carraspea y dice weell suavemente, estirando la e como sólo la
estiran los economistas de la London Economic School o de los de la Universidad de Chicago sabe
que hace falta más. Mucho más. Pero no lo dice. Lo conoce y lo
calla. Lo sabe porque siniestros personajes de bata blanca ya lo han experimentado con guantes. Primero, con ratas, en laboratorios, llevándolas
a su límite para que se devoren entre ellas y, luego, con peces hambrientos,
después con monos y también con personas en países que nada tienen y a nadie importan. Unos contra otros. Gentes contra
gentes. Comunidades contra Comunidades, todos despezándonos por todo sin
obtener nada. A mordiscos por cachos de miseria para quedarnos
sin nada, en la nada.
Cuando otro
tipo calvo del FMI, dentro de años, carraspee y nos diga weell con un
traje liso y corbata lisa detrás de una mesa lisa delante de un portátil
plano y
con un jarro de agua y para anunciarnos , en inglés, como el ángel del
señor anunció a maría, que nos toca, porque,
así está programado, salir de la
crisis, es posible que gentes de otros lugares, morbosas de ver niños
hambrientos atraviesen en decrépitos AVES soleados y desolados paisajes como
los de los cuentos de Aldecoa. Iñigo Oliberos
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