Un grito rompió el protocolo mientras la
mecha del desconcierto recorría el graderío y todas las miradas se concentraban
en un cuerpo que desde lo más alto caía ardiendo como un muñeco de paja.
El frontón enmudeció, el locutor de
TVE, que retransmitía la inauguración del mundial de pelota enmudeció y España
enmudeció. Fueron unos segundos, pero parecieron una eternidad.
El Generalísimo se encontraba bien y
el silencio quedó roto por las vivas y ovaciones hacia su Excelencia, que a aquellas
alturas de su vida parecía un cirio consumido, y que reaccionó con la frialdad
del rubrica sentencias de muerte mientras toma un café.
Al día siguiente la prensa reproducía
el parte médico oficial de José Félix Elosegui Odriozola. Cuadro de quemaduras
de segundo grado, intoxicación etílica y enajenación mental.
Sin embargo, aquel hombre si a algo
olía era a gasolina y presentaba la lucidez necesaria del que intenta esculpir
a fuego su propia muerte en aquellas piedras que el dictador tenía
por ojos como la muerte y las llamas de Gernika quedaron grabadas en su
retina treinta y tres años, cuatro meses, veinte y tres días y cuatro horas
antes de haberse precipitado desde lo alto del frontón Anoeta.
El día en que se conmemora el
aniversario del bombardeo de Gernika un hecho negado por el régimen franquista
nunca oigo, ni leo mención alguna hacia aquel gesto de Joseba.
Hace un par de meses tuve ocasión
de releer su libro “Quiero morir por algo”. Al abrirlo, en
la contraportada, amarilla por el paso de los años, pude leer escrita con
bolígrafo azul y letra firme esta dedicatoria: “A Luis, mi
querido amigo. Con todo mi afecto, Joseba". Luis era mi aita.
Ambos fueron amigos.
A medida que me adentraba en sus páginas volví a oír de nuevo su voz. Una
voz que muchas veces escuché en los veranos en la playa de la Concha a la
sombra de los parasoles. El de mi familia colindaba con el de la suya.
(…) Arañé con mis uñas hasta romperlas. Seguían cayendo bombas, pero yo no
me enteraba; solamente sentía tras de mí la presencia de aquella mujer que me
obligaba a no tomar reposo. Desgraciadamente todo fue inútil. Cuando llegué a
tocar la ropa de aquella criatura que no tendría más de tres años, manché mis
manos con su sangre aún caliente. Cogí aquel cuerpo destrozado y sin vida y lo
levanté hacía su madre. La escena fue atroz y los ojos de aquella mujer los he
visto durante años. Tomó a su hijo, lanzó un grito desgarrador y se perdió
corriendo sin rumbo entre la polvareda.(…)
Foto de Joseba Elosegui en el frontón Anoeta el 18 de septiembre de 1970. Fue elegido senador por Gipuzkoa en 1977 en la candidatura de EAJ-PNV. Escribió en la cárcel el libro “Quiero Morir por algo”.
No he tenido en los últimos tiempos noticias de que ningún diputado o senador haya intentado inmolarse por algo.
iñigo Oliberos
Dolorosamente hermosa tu crónica y trágicamente hermosa la imagen de alguien que muere por algo. Siempre los dictadores tergiversan los hechos para empequeñecer al héroe, para degradarlo; siempre las mujeres de los dictadores se tapan los ojos para no ver los resultados de la política de quien está a su lado.La violencia desencadenada por la injusticia y los atropellos se devora a los niños, a las madres y a los militantes. De un viejo libro con una dedicatoria entrañable pueden brotar voces del pasado y esas voces sostenidas por el afecto, nos acompañan - como el Guernica de Picasso - como testimonio de la historia de los pueblos que resisten a pesar de todo
ResponderEliminarMaría Elena ( Córdoba -Argentina)
Buenas Haritz!
ResponderEliminarIntentaré ser breve en este post, aunque llevo mucho sin entrar. Breve porque busque por donde busque no encuentro en ningún sitio lo que dices de "...del bombardeo de Gernika, hecho siempre negado por el régimen...". Me refiero a que no veo, o no puedo entender lo que quieres decir. El bombardeo sobre Gernika, o también llamado "Operation Rügen" nunca se ha negado, es más, existen incluso documentales filmados y mostrados por el Drittes Reich sobre este día en 1937. Es más, tengo varios cupones de racionamiento del bando nacional mostrando en su caricatura varios Meßerschmitt tirando bombas y en letra pone "Guernica, 26 de Abril de 1937". Se usaron, aparte de propaganda, como cupones para adquirir alimentos.
Por eso no entiendo con lo de dicen que nieguen que pasara... Es como si Inglaterra y USA hubieran negado el holocausto que tuvo lugar sobre Dresden la noche de San Valentín de 1945, matando esa noche 40.000 (cuarentamil) personas durmiendo en sus camas. Nunca lo han negado, pero tampoco se han disculpado en demasía, por eso, por ejemplo y en especial no son bienvenidos ingleses ni americanos en esa ciudad bella. Quizás lo mismo pase en Gernika, el sentimiento me refiero. Pero una cosa es negar lo evidente, y otra que no se quieran disculpar. Pero para gusto los colores. Las víctimas de Gernika fueron unos 300 según he leído.
"Las historias pueden ser negadas, pero nunca, nunca la Historia olvidada." Josef Klemt.
Un saludo Haritz y cuidate!!
Desgarrador y conmovedor a partes iguales, un gesto de protesta ante una injusticia que aún hoy perdura y que debería servir como reivindicación de un pasado tan oprobiosamente ignorado antaño por una dictadura como por los sucesivos gobs demócratas...Aquel fue un acto inconsciente, pero el tiempo lo ha revestido de heroísmo. Gracias Íñigo por traerlo a colación.
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